Wednesday, February 16, 2011



Silencio mana del pozo profundo que deja la ausencia de Tí.
Y cuando llegas, todo lo demás pierde sentido.

Sólo Tú, a partir de ahora, sólo Tú.
Todo lo llenas, todo lo iluminas,
lo embelleces, y todo cobra sentido por Tí.

Sólo Tú me amas. Siempre, siempre Tú.

Me has amado cuando menos lo merecía.
Me levantaste, me abrazaste, me acompañaste,
cuando mis pies no podían dar un paso más...
y allí te quedaste junto a mí, junto a mí.

Tu ternura me sorprendía
en las esquinas de la vida, una y otra vez.

Y nunca te rendiste, nunca me dejaste ir.

Mi amor, mi Dios, mi Jesús, mi hermano, mi padre,
mi compañero, mi guía, mi amigo.
Tú, me amas ilimitadamente,
yo, te amo infinitamente...

Margarita Hernández, Febrero, 16, 2011.